¿Conoces los peores errores en política que podrían acabar con tu trayectoria, mermar tu credibilidad a ojos de los votantes o hacerte perder unas elecciones?
Hace unos días analizábamos la difícil tarea de cómo navegar entre la coherencia y la cintura política.
Hoy repasamos los principales problemas a los que te enfrentas en tu trayectoria como político, brindándote algunas reflexiones para que tomes el control y la responsabilidad sobre tus acciones y puedas trazar un camino sólido.
¿De dónde proceden los errores en política?
De la falta de proactividad, de la carencia de una estrategia firme de posicionamiento personal, de la queja sin acción, de no contar con una buena mentoría, de echar balones fuera y atribuir la culpa de los fallos a los demás, bien sea el propio partido, los compañeros, la oposición o los votantes.
Las razones para cometerlos son diversas, pero la clave para solucionarlos es encontrar la llave que gire las tornas, te devuelva la capacidad de actuar como motor de cambio y prestar un servicio comprometido y completo para la ciudadanía.
Repasa los 12 peores errores más comunes en política. ¿Te identificas con alguno de ellos?
12 errores en política que te saldrán caros (y cómo solucionarlos)
- No escuchar de forma activa: Cuando un político que se queda en la escucha superficial y no pone en práctica la escucha activa o profunda, no logra sintonizar con el público, y sin conexión, no hay mensaje.
- Creer que la comunicación es solo oratoria: Saber comunicar es una de las cuestiones que más importan a los políticos. A veces se centran los esfuerzos en el contenido de lo que se quiere decir, y no se presta atención al tono, a los gestos, a la personalidad del político, al lugar y contexto en el que lo dice o al estado personal que tiene cuando quiere comunicar algo. Una buena oratoria comienza en «la tripa» del político.
- No cultivar la parte orgánica: Si descuidas la estructura del partido, tirarás por la borda la importancia colectiva del mismo, las herramientas de toma de decisiones o los procesos democráticos dentro del mismo.
- Descuidar el ámbito personal y familiar: Afortunadamente, hoy en día, una buena conciliación entre la vida laboral y familiar es esencial, no solo para dar ejemplo, sino para tener una vida sana y plena. Desatender tus propios cuidados personales y responsabilidades en ese sentido, puede ser una muestra de falta de organización y de hipocresía política.
- Falta de ejecución: Como dice el refrán, «obras son amores y no buenas razones», o lo que es lo mismo, ¿de qué sirve la palabra si no deriva en acciones concretas? Prometer y no cumplir está visto como un pecado capital en política, no es suficiente una oratoria sofisticada, sin acción, no hay trayectoria política.
- Incoherencias: Si lo que dices no concuerda con lo que piensas y lo que haces, craso error. ¿Para que estás en política? ¿Qué ideas quieres propagar y cuáles son tus cometidos? Todo tiene que ir alineado.
- No tener una personalidad definida: Tener un carácter único y propio es un aspecto altamente valorado en política. ¿Cuál es tu ideario? ¿Qué ideología defiendes y cómo lo haces? Si no hay una relación estrecha entre tu personalidad y lo que transmites, perderás papeletas y credibilidad ante tu audiencia.
- Ser impredecible: Tomar decisiones súbitas, responder de forma impulsiva a los medios, girar hacia un camino no previsto por tus votantes o no tener una actitud previsible y consecuente que guarde sintonía con tu trayectoria, puede ser penalizado y criticado por la opinión pública.
- Tener un equipo complaciente: A veces no se elige al 100% el equipo en política. Pero rodearte de personas que ceden ante los deseos de otros, te hacen una «barrera» para protegerte, o caen en el conformismo, es un error que te puede llevar a la falta de datos, o información sesgada, a conocer otros puntos de vista y a tener un escaso margen de acción para mantener la coherencia en tu trayectoria política.
- Identidad la engullida por tu «personaje» político: A la hora de recibir asesoramiento, no puedes tener en cuenta exclusivamente intereses externos, lo que interesa decir, cómo decirlo o las tendencias del momento. En ese caso, tu identidad y tus principios se pueden disolver como una aspirina en un vaso de agua, sin que haya vuelta atrás.
- Imprudencia en los tiempos: No manejar los tiempos de forma adecuada es otro de los errores que te llevarán a tomar decisiones a destiempo, a no planificar adecuadamente los eventos, actividades y negociaciones o acusar falta de preparación cuando estés en ellos. Y, créeme que se nota cuando ocurre eso.
- Falta de perspectiva y no tener un Plan de Acción: Saber detectar el cambio, reconocer los problemas que puedan surgir o visualizar oportunidades. Es necesario mirar hacia adelante con la suficiente lejanía que te permita ver la situación de manera global y objetiva para ir dando pasos en esa dirección durante el periodo entre elecciones. Una visión cortoplacista exclusivamente centrada el año electoral es llamativa y contraproducente para tu trayectoria.
una organización política exige un organigrama, que de hecho es diferente a una empresa, me gustaría tener precisiones de como seria esta organización, con la ubicación del ideologo, candidato, agitador, coordinador de bases o masas, entre otros.
Hola Mario Enrique,
Para poder conformar un organigrama en una organización política sería necesario tener de base algo de información.
Depende del «para qué» se forma ese organigrama, según la época de la legislatura, la organización territorial, los objetivos políticos, si es para la campaña electoral o no, si el partido tiene numerosos afiliados y es grande o tiene pocos recursos, etc.
Te agradezco tu comentario y me puede servir como idea para escribir más adelante sobre un tema tan interesante como es el organigrama en los equipos políticos.
Recibe un cordial saludo.