¿Todos valemos para dedicarnos a la política?
Quizás no se trate tanto de perfiles como de habilidades personales.
Cualquier persona con responsabilidades políticas, sobre todo las que están en primera línea, deberían tener una serie de competencias profesionales y habilidades personales absolutamente interiorizadas para poder desarrollar con eficacia la tarea que le ha sido encomendada. Pero, ¿cuáles son esas competencias que cualquier político debería tener?
¿Qué son las competencias políticas?
Son, de entrada, habilidades, capacidades y conocimientos que posee una persona para desempeñar de forma correcta una tarea. En el caso de los políticos, las competencias que necesitan para desenvolverse en su día y asumir los retos que se presentan han cambiado por completo con respecto a las de hace unos años. La sociedad ha cambiado y las necesidades de los ciudadanos, también.
Todo cambia de forma natural.
Ha cambiado la forma de comunicarnos, y también de informarnos. La vida va muy deprisa. En ocasiones, y en este ambiente cambiante e inestable marcado por la aparición de nuevos partidos y nuevos problemas, hay que tomar decisiones sobre la marcha, azuzados por la opinión pública y por las redes sociales. En este contexto incierto, los políticos del siglo XXI tienen que tener una serie de competencias básicas si quieren sobrevivir a las nuevas reglas que se expresan en la política.
Aquí van 13 competencias para tener éxito en política:
- Liderazgo. En este comienzo del siglo XXI necesitamos referentes y líderes. Y un buen político tiene que ejercer el liderazgo tanto con su propio equipo, un aspecto clave para poder desarrollar estrategias y políticas, como a nivel social. En esta década no hacen falta héroes, faltan líderes que sean capaces de ponerse a la cabeza de las demandas ciudadanas.
- Compromiso. Un político tiene que estar siempre al servicio de los ciudadanos, y ese compromiso debe ser manifiesto en todo momento, incluso en su vida privada.
- Lealtad. Parece un valor a la baja en este mundo en el que podemos pensar que todo se compra y se vende. Pero la sociedad sigue valorando la lealtad hacia sus ideas, propuestas y los intereses generales.
- Confianza en sí mismo. Para ser un líder y saber guiar tanto al partido como a la sociedad, hay que tener una gran confianza en uno mismo. Una habilidad que también será útil en los momentos más problemáticos cuando haya que apostar por vías impopulares pero necesarias.
- Iniciativa. La sociedad está cansada, aburrida, de crisis económica, paro, corrupción, problemas sociales, sueldos bajos… un político del siglo XXI debe ser capaz provocar el cambio y articular las respuestas globales que la sociedad está pidiendo. Quedarse en el despacho esperando a que los problemas se solucionen solos y confiar solo en el postureo de las redes sociales hacen que el político se convierta en un bluf.
- Saber escuchar. ¡Qué importante es saber escuchar a todos los niveles! Por un lado, a nivel interno, es importante escuchar y dejarse aconsejar por los equipos. Por otro, a nivel social, a los políticos se les achaca que viven en sus torres de marfil al margen de lo que pasa en la calle, atendiendo como mucho a lo que se dice en los periódicos o en Twitter. Con una escucha activa, la clase política podría ganar muchos enteros y conectaría verdaderamente con la sociedad.
- Comunicar. De nada sirve tener muy buenas ideas, o realizar una gestión impecable si no sabemos comunicarla. En este mundo hipercomunicado, las personas que saber conectar con la gente y trasladar de forma adecuada y cercana su mensaje, tienen medio camino hecho.
- Resolución de conflictos. Vivimos una época conflictiva. Los viejos esquemas que dominaban el mundo se han diluido dando paso a nuevas formas de organización, nuevos partidos, nuevas sensibilidades, nuevas formas de comunicarse. Un buen político debe ser capaz de manejar y resolver los conflictos o, al menos, reducir la parte agresiva y convertir un conflicto en una oportunidad para todas las partes.
- Ser capaz de negociar. Muchos políticos solo saben enfrentarse. En España, la falta de acuerdo ha sido flagrante en los últimos meses. La política es, sin duda, el arte de negociar y saber llegar a acuerdos para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
- Innovación. Esta sociedad necesita cambios y soluciones diferentes a las que se aplicaban hasta hace poco. Entre las habilidades más importantes en este momento deberían ser la innovación y la creatividad a la hora de aportar nuevos proyectos y la manera de solucionar los problemas.
- Gestión de las emociones. Un buen político debería ser capaz de tener una buena gestión emocional (ojo, eso no significa que un político se deshumanice). Simplemente, se trata de que el político que gobierna una institución, y en consecuencia, el destino de miles de ciudadanos, no debería dejarse llevar por sus emociones, enfados, miedos o crisis personales a la hora de decidir. Hay que tomar conciencia de la forma en la que nuestras emociones afectan a la toma de decisiones. A la pregunta ¿desde dónde tomo la decisión? siempre tendría que haber una respuesta fruto del interés generado por la vocación de servicio público.
- Empatía. El hecho de saber ponerse en lugar de otras personas y conocer sus necesidades y sus emociones ayuda a llegar a acuerdos y a gestionar tomando decisiones en la búsqueda del bien común y no el propio.
- Adaptabilidad. La sociedad actual es volátil. Lo que está de moda hoy, mañana no lo está. Las decisiones aplaudidas por la mayoría, pueden ser condenadas de repente por un vuelco de la opinión pública en las redes sociales. Un buen político debe ser capaz de adaptarse a todas las situaciones y problemas que se le presenten y saber discernir entre lo que es adaptarse y ser flexible en ese momento o lo que es sucumbir a la tentación de la popularidad.
Seguro que hay muchas más, en este texto solo he querido enfatizar sobre 13 competencias en política que pueden ayudar a tener éxito y hacer un buen trabajo.
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excelente ideas para realizar un excelente trabajo .
excelente ideas para realizar un excelente trabajo .
Me parecen muy interesantes los puntos tratados, la responsabilidad y el respeto en todas las actividades y en todas las personas deben ser indispensables en cualquier acción y hablar con la realidad y sin mentiras porque solo así se logra conectar más con las personas y la comunidad.
Reciba mis más sinceras gracias.
Hola José,
Muchas gracias por el comentario. Así es, se conecta mucho mejor con las personas cuando las cualidades humanas están más presente.
Un cordial saludo y gracias por leer mis artículos y participar.
Hola Ana, acabo de leer tu articulo y me pareció muy interesante. Estoy desarrollando un proceso de aprendizaje como coach de jóvenes con vocación política y ha sido muy útil para desagregar competencias para el liderazgo juvenil.
Muchas gracias
Pablo Vásquez S.
Chile
Hola Pablo,
Gracias por compartir tus inquietudes con jóvenes que tienen vocación política.
Muy interesante tu proyecto, felicidades por aportar formación y conocimiento para las nuevas generaciones que tendrán responsabilidades públicas.
Me alegro mucho de haber sido útil, un abrazo desde España y aquí me tienes para cualquier duda o sugerencia.
Ana
Muy bien articulo, super recomendable.
Gustavo Woltmann
Muchas gracias Gustavo, espero que te haya resultado de utilidad.
Recibe un cordial saludo.
Un buen político debe ser honesto y responsable en todos sus actos. Además, debe manifestar en todo sentido solidaridad y amor por los demás con vocación de servicio con ética. Gracias por su ayuda.
Totalmente de acuerdo Alberto.
Muchas gracias por su participación en este blog.
Un cordial saludo.
excelente ana
Muchas gracias por tu comentario.
Un saludo.
Muchas gracias Juan Matías.
Un saludo.
Completamente de acuerdo con este articulo
Gracias por tu participación Juana.
Seguimos en contacto.
Un cordial saludo.