John Fitzgerald Kennedy lo tenía claro:
Un hombre inteligente es aquél que sabe ser tan inteligente como para contratar gente más inteligente que él.
Y nosotros, también lo tenemos claro. Los políticos que trabajan la inteligencia emocional se rodean siempre de equipos profesionales, resolutivos y capaces para delegar, desarrollar estrategias y llegar a todos los rincones donde el político no llega.
Gente en la que se pueda confiar, y que además, sean capaces de decirte la verdad, darte diferentes puntos de vista y hacerte tocar la realidad de la que muchas veces, el político, por falta de tiempo o de exceso de confianza, ha perdido en su trayectoria pública.
Para ser prácticos, no sirve de nada rodearse de gente que, en lugar de decirte lo que piensan, dicen lo que quieres oír.
La autocomplacencia es un engaño, lo que un político necesita, son personas sinceras alrededor. Profesionales objetivos que nos ayuden a mantener el contacto con la calle, con las personas que votan cada cuatro años, para no perder la perspectiva de lo que sucede en la sociedad real, su campo de batalla.
Para conseguir este objetivo, lo importante es crear equipos basados en la confianza y en la lealtad de trabajar por un proyecto común. Equipos motivados que cuenten con habilidades y conocimientos políticos y profesionales, pero también sociales, en los que poder delegar y compartir tareas.
Equipos en los que se actúe con prudencia, que sepan desarrollar negociaciones y manejar conflictos que contribuyan a ampliar nuestras posibilidades de crecimiento político y nuestra propia evolución personal.
En este proceso, es fundamental detectar las fortalezas y debilidades de cada miembro del equipo para que cada uno de ellos desempeñe el rol más adecuado, acorde a sus habilidades y conocimientos.
Desarrollando el trabajo en equipo y dejando de lados envidias, inseguridades y la búsqueda del protagonismo permanente, conseguiremos crear el entorno de trabajo adecuado para alcanzar nuestras metas políticas. Pero para ello, se hace necesario ser habilidoso y construir un equipo de trabajo sólido.
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