Estamos viviendo una de las mayores crisis a las que se ha enfrentado el mundo en las últimas décadas.
Es precisamente en tiempos de crisis cuando la sociedad necesita personas que ejerzan un liderazgo político fuerte.
Ante la incertidumbre generada por el coronavirus y la inestabilidad económica que se ha generado en todo el mundo por la crisis sanitaria, necesitamos políticos solventes y capaces, que nos proporcionen seguridad y que además, puedan enfrentarse a los retos, presentes y futuros, que se están planteando.
Liderazgo en época de cambios o cambio de época
Sin duda, nadie tenía previsto que estallara esta crisis, y mucho menos se contaba con un manual para reaccionar y acertar. De hecho, los gobernantes de todos los países han funcionado en modo prueba y error al no tener evidencias científicas claras en los primeros momentos.
Han tenido que ir adaptándose a cada momento al avance de la enfermedad y de las novedades que se iban produciendo en el ámbito científico y en la realidad de cada país, porque incluso a fecha de hoy, se siguen descubriendo nuevos datos sobre este virus que ha cambiado nuestro mundo en apenas unos meses.
Una oportunidad para reforzar el liderazgo
Las crisis suelen llevarse por delante a los políticos que no son capaces de responder a la ciudadanía, aunque también pueden ser una buena oportunidad para destacar y asentar el liderazgo.
Un buen ejemplo es la canciller alemana, Angela Merkel. Aunque está de retirada ante su próximo abandono de la política, ha reforzado su papel de líder alcanzando altas cotas de popularidad gracias a su forma de gestionar la crisis en su país.
Comunicación y manejo de los tiempos, bases para el liderazgo político
Precisamente, por esa realidad cambiante, las políticas han tenido que desarrollarse sin experiencia previa, respondiendo a las necesidades y a la situación de urgencia de cada momento.
En esa dinámica tan cambiante y desconocida, la comunicación, la presencia en medios y el manejo de los tiempos está siendo fundamental.
Estos factores son claves en momentos de desconcierto en los que la población está ansiosa por tener datos claros sobre el alcance de la pandemia.
O las decisiones sobre las medidas que se han tomado para combatirla, que en muchos países no se han desarrollado de manera útil.
La gestión de los tiempos en política es importante en cualquier momento, pero en la actualidad, el momentum es clave a la hora de comunicar decisiones.
No vale la pena comunicar algo que no está meditado o planificado de forma segura (basta ver la polémica generada en España con la decisión de permitir salir a los padres con los niños para ir al supermercado, al banco o a la farmacia).
O la situación que se provocó en Italia cuando el gobierno anunció el cierre de las regiones del norte sin haber tomado las medidas pertinentes para el aislamiento: esa decisión provocó el efecto contrario: la salida de miles de ciudadanos desde el norte hacia el sur del país.
La empatía, más importante que nunca
Para poner en marcha estas medidas y ser capaces de ofrecer una imagen de transparencia y eficacia, los políticos deberían mostrar empatía con los problemas que estamos viviendo los ciudadanos.
Es cierto que hay que tener la mente fría para responder a la urgencia del momento, pero tampoco se nos puede olvidar que en situaciones de crisis los ciudadanos queremos políticos cercanos, capaces de ser empáticos con nuestro dolor y con la situación.
Queremos políticos que sean personas antes que cargos públicos. Y que demuestren que, más allá de las frías estadísticas, saben agradecer el compromiso de cada ciudadano durante estas semanas para poner coto al virus.
Políticos que sean capaces de ponerse en la piel de las personas que han perdido a un familiar y no pueden despedirlo, de las personas que han perdido un empleo, o de los autónomos y emprendedores que han tenido que bajar la persiana y que no tienen ingresos.
Que puedan comprender el dolor de las pérdidas terribles de vidas humanas, y las pérdidas de pequeños negocios y medios de vida.
Los ciudadanos exigen colaboración entre los políticos
Si la empatía es necesaria para facilitar la conexión entre gobiernos y ciudadanía, la COLABORACIÓN ENTRE LAS DISTINTAS FUERZAS POLÍTICAS es un factor exigido por la sociedad en estos momentos.
Con el país parado, con millones de ciudadanos confinados en sus casas, la sanidad desbordada, con miles de muertos, la economía arrasada y con un miedo colectivo hacia el futuro como nunca se había visto, la sociedad necesita que los políticos aparquen sus diferencias y sumen esfuerzos para atajar la pandemia y relanzar la economía.
Lo hemos visto en países como Portugal. Allí, Rui Rio, líder de la oposición conservadora lusa, se ha hecho famoso en todo el mundo por esta frase que resume a la perfección lo que la ciudadanía espera de sus políticos: «No coopero con el Partido Socialista, coopero con el Gobierno del país».
Una frase aplaudida por muchos y que se ha convertido en objeto de envidia en otros países en los que esta colaboración no es nada fácil. Porque podría ser una obligación «política» (ya que es el arte de llegar a acuerdos), o simplemente porque podría pasar factura en futuras citas electorales por una ciudadanía hastiada que ve como sus representantes políticos no se ponen de acuerdo ni siquiera en situaciones extraordinarias como la que estamos viviendo.
Por supuesto, esta responsabilidad depende de todas las partes.
Por un lado, de los gobiernos, que deben tender la mano de manera sincera a la oposición, ofreciendo pactos y una colaboración continua y fluida al resto de los partidos del arco parlamentario.
Por otro lado, la oposición también debería dejar de lado las estrategias y cálculos políticos y apostar de forma decidida por sacar al país adelante olvidándose de la lucha política y de las habituales labores de desgaste.
Este cambio de actitud no implica un cheque en blanco ni que la oposición deje de realizar su labor de control a los gobiernos.
Se trata, simplemente, de intentar alcanzar pactos y que la ciudadanía perciba que hay un clima de entendimiento y colaboración entre las distintas fuerzas políticas.
La importancia del trabajo interno
Los políticos deben estar preparados, para tomar las decisiones correctas y para gestionar con acierto una crisis que se prolonga en el tiempo y que tiene consecuencias a nivel político y económico, pero también a nivel personal.
Gestionar el estrés provocado por esta situación con las urgencias saturadas y una dramática cifra de muertos, es complicado más allá del ámbito del cargo público.
Los políticos son personas, y además del cansancio físico y mental, el estrés provocado por la tensión, la sobre información y la responsabilidad de tomar decisiones que afectan a la vida de millones de personas supone un desgaste evidente.
Para afrontarlo, es necesario trabajar en equipo con personas de confianza y en las que se pueda delegar.
No son tiempos de personalismo ni de desconfianzas.
El trabajo es ingente, la responsabilidad, tremenda… y ante esa situación se necesitan equipos engranados (con una parte política, pero también una parte sanitaria y técnica) que funcionen con precisión milimétrica para sacar adelante decisiones políticas, o las labores de comunicación…
La confianza y delegar tareas ayudará a los políticos a gestionar mejor su estrés y a desempeñar mejor sus responsabilidades.
Esa delegación también supondrá un esfuerzo a la hora de planificar y coordinar para que todos los miembros del equipo vayan a la par y se puedan gestionar los tiempos sin errores de cara a la opinión pública.
También es muy posible que los políticos que están en primera línea necesiten ayuda de profesionales como psicólogos y coaches, más allá de reforzar su papel de líder, las situaciones son durísimas a nivel humano.
Ahí reside el verdadero liderazgo político.
Ante la experiencia del Covid19 y las calamidades económicas y sociales es muy acertado el cambio de actitud en los liderazgos políticos. Es el reto de nuestros días; lo contrario sería no haber entendido la lección sobre las prioridades. La solidaridad debe estar por encima de las diferencias políticas e ideológicas en los partidos y también en los gobiernos. Es un excelente artículo para entender el liderazgo político que debe prevalecer y que se va a valorar mucho para encontrar la ruta de la recuperación que debemos atender. Ana te felicito, lo he leido y en verdad es muy certero. Aprecio tu esfuerzo. Saludos .
Muchas gracias María Elena, mi esfuerzo se ve recompensado con comentarios como el suyo.
Espero de verdad que el liderazgo político sea una fuente de entendimiento y de acuerdos para este momento tan duro que nos está tocando vivir.
Un cordial saludo.
agradezco toda su asesoría de liderazgo lo cual nos permite progresar en nuestra vida social y política como también como seres humanos, muy hermosa la reflexión y me sirve de gran ayuda gracias mil gracias Doctora
Muchísimas gracias por el mensaje.
Me alegra saber que mis reflexiones le sirven de ayuda. Compartimos entonces la pasión por la política.
Un cordial saludo.