La templanza en política es una virtud esencial que debes conocer, explorar y trabajar a fondo a lo largo de tu carrera política.
Como dice el final de un cuento publicado por el doctor Mario Alonso Puig en su libro titulado Reinventarse, “la serenidad no surge de vivir en las circunstancias ideales como reflejan los otros cuadros con sus mares en calma y sus cielos despejados. La serenidad es la capacidad de mantener centrada tu atención en medio de la dificultad, en aquello que para ti es una prioridad”.
¿Qué es la templanza en política?
Para hablar de la templanza en política deberíamos remontarnos a los primeros pensadores clásicos de Grecia, donde esta virtud se consideraba una característica de la moral que fue discutida por filósofos de Sócrates, Platón y Aristóteles. Santo Tomás de Aquino la nombraría como una de las cuatro virtudes cardinales junto a la prudencia, la justicia y la fortaleza.
En el plano académico es equivalente a “moderación, sobriedad y continencia” y etimológicamente procede del latín temperantia, en referencia a la moderación de la temperatura, algo que simbólicamente se adapta a su cometido.
La templanza ayuda a un político a mantener armonía, equilibrio interno y cohesión entre sus palabras y sus actos, asegurando el dominio de la voluntad sobre los impulsos e instintos y protegiendo la honestidad, los valores que enarbola como político y la integridad. De este modo:
- Si consigues tener templanza serás capaz de mostrar serenidad ante los imprevistos, problemas y conflictos, gestionándolos de forma más inteligente, comedida y eficaz.
- Mejorarás los procesos de toma de decisiones y cultivarás tu inteligencia emocional.
- Podrás emitir críticas más constructivas y sostener diálogos y procesos de negociación de forma más asertiva, calmada y respetuosa, algo fundamental para la disposición de pactos políticos y para contar con una imagen respetable ante tu facción de votantes.
- Experimentarás menos presión y estrés gracias a la serenidad con la que afrontar los cambios, lidiar con los obstáculos ligados al período de elecciones o someterte a debates y coloquios electorales.
Recuerda que si logras manejar tu templanza y convertirte en una persona serena serás capaz de conservar la calma y establecer tus prioridades en situaciones de peligro, buscando las mejores soluciones para ti y tu partido político en momentos de tensión y afrontando cada paso del camino con tranquilidad, franqueza hacia ti mismo y los demás y expectativas de autosuperación.